viernes, 6 de junio de 2014

Torrijas clásicas sin lactosa


Buenassss.
         Por fin estoy de nuevo aquí y espero que sea ya de forma más continuada. Os pido perdón por irme tantos dias sin avisar.
        ¿Donde está ya la Semana Santa? Ufff, hace ya tiempo pero tenía esta receta sin editar y ahí va.
         Esta Semana Santa hicimos varias veces las torrijas y...¡Como iban a faltar las torrijas en el recetario!
        Con lo deliciosas que están eso es imposible. Es una receta que a pesar de ser típica de esas fechas, en casa apetecen siempre ¡Incluso en verano!, jeje.
        En esta ocasión las hicimos sin lactosa, así las podíamos comer todos.

Ingredientes:
  • 1 pan de dos o tres días atrás, sin lactosa
  • 1 litro de leche sin lactosa
  • 2 ramas de canela
  • la cáscara de una naranja y la de medio limón (sin la parte blanca)
  • 7 cucharadas de azúcar o más si gustan más dulces y otra poca de azúcar aparte para echar por encima
  • aceite de girasol
  • 6 huevos aproximadamente
Proceso a seguir:
        Calentar el litro de leche sin lactosa en un cazo, añadir las ramas de canela y las cáscaras de naranja y limón.


Dejar a fuego medio durante 8 minutos aproximadamente, añadir el azúcar y remover para que se deshaga. Dejar a fuego bajo durante 2 ó 3 minutos, apartar y esperar a que enfríe.
        Se hacen rebanadas de pan que sean gruesecitas.
        Colar la leche y echarla en una bandeja para empapar las rebanadas de pan.
        Ir pasando cada rebanada por la leche, por las dos caras y según esté el pan de duro dejar un minuto o sacar de inmediato. Poner en una fuente con rejilla a escurrir.
      ¿Veis? hay que tener cuidado al empaparlas porque puede romperse el pan

 Aquí mi sobrina ayudando otro día que las hicimos en el campo



        En una sartén o perol grande agregar abundante aceite de girasol y poner a calentar. No calentarlo en exceso para que al freír se hagan bien por dentro sin quemarse por fuera.

        Batir los huevos como para tortilla, yo lo iba batiendo de dos en dos.
        Rebozar en el huevo las rebanadas ya escurridas y poner a freír, dándole la vuelta para que se hagan por las dos caras.
        Cuando estén listas irlas pasando a un plato en el que habremos puesto papel de cocina para que empape el aceite sobrante.
  
  En caliente-templadas aún, espolvorear de azúcar por las dos caras y poner en la fuente donde se vayan a servir.
        Se pueden comer templadas o frías, eso va al gusto. Al día siguiente siguen estando bien buenas (si es que sobran, jeje)
        Ese día nos las comimos con el café de la tarde, ¡un lujo de merienda!
        ¿Y vosotr@s como las soléis comer?
        Saluditos.

3 comentarios:

  1. Pues no veas como me apetece tomarme una...

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    1. Hola preciosa.
      Mi hijo lleva varias semanas pidiéndolas ¡con esta calóoo! Asi es que no me extraña que te apetezca.
      Saluditos

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  2. Hola Cata.
    Me alegro que encuentres a gusto en mi blog.
    Yo en el tuyo me pierdo..... jejeje este me lo pido, este tambien y el otro
    Hummmm que ricos
    Saluditos

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